No solo uno se siente triunfador por haberle ganado la batalla al cuerpo extraño que crecia, sin permiso, dentro de tu mismo cuerpo, sino por sobreponerse al miedo, a la ansiedad, a la angustia, a las dudas, te sentis como un heroe despues de un combate. Renovado, seguro, aliviado.
El cambio a otro nivel fue, en mi caso, instantaneo, me siento mas calma, de mejor humor, mas sensible, mas tolerante, mas agradecida, mas conectada con la gente y sus sentimientos.
Hago planes mas a corto plazo, me rio mas, no me quejo tanto.
Ahora veo como de a poco cada pieza de mi rompezabezas de va acomodando solita, yo casi no me muevo, solo observo maravillada como sucede.
Gracias a todos lo que se preocuparon, llamaron, textearon, mensajearon, rezaron, pidieron o simplemente se acordaron de mi, a los demas, a los que literamente me curaron las heridas ya les agradeci en persona.
Me senti muy querida y eso tambien me ayudo en la recuperacion.